Una reflexión hebrea de la risa como afirmación de la vida y como sinónimo de esperanza.

Por: Daniel Goldman

La tradición judía enseña que la risa es una de las formas de afirmar el amor a la vida.
A la depresión se la señala como uno de los modos de negar la existencia. Los judíos hemos aprendido a reír y reírnos de nosotros mismos.

La Biblia da cuenta de ello. La primera vez que se hace mención al humor es en Génesis (18:11-12) cuando el Patriarca Abraham y su esposa ya eran entrados en años. Destaca el texto que Sara se rió desde sus entrañas diciendo: ¿acaso podré yo tener un hijo a esta edad, siendo que mi marido también es un viejo? Continúa la historia destacando que frente a la desconfianza, la matriarca de 99 años dio a luz un niño al que llamó Itzjak (Isaac) que significa “él reirá”. Es decir la risa como sinónimo de esperanza.

Siguiendo la línea histórica, el Talmud explica que la alegría y la risa son virtuosas, asociadas a un precepto religioso con fines nobles. Pero cuando se expresan sin sentido, resulta algo improductivo y necio. Para ilustrarlo, relata que Rabba, uno de los más grandes sabios, comentaba a sus discípulos algo gracioso antes de comenzar sus clases. Los motivaba y enseguida creaba una atmósfera de seriedad y formalidad para iniciar sus lecciones.

El mundo jasídico de Europa Oriental del siglo XVIII tomaba al humor como parte de su humilde forma de vida. Se cuenta que en un pequeño poblado de Rusia, la dirección de la Comunidad Judía decidió pagar a un pobre congregante un rublo semanal para sentarse en la entrada de la ciudad y ser el primero en dar la bienvenida al Mesías cuando llegase, ya que la tradición indica que deberá ser recibido por la gente humilde. Tras mucha discusión, se escoge a un hombre para esperar la llegada del redentor. El hermano del mismo viene a verlo y manifiesta su perplejidad porque asumió esa tarea de tan poca remuneración. “Es verdad -le responde-, la paga es baja. Pero como no hay perspectiva de que el Mesías venga pronto, me aseguro un trabajo estable”. Así, las enseñanzas judías nos indican que la risa se utiliza como un signo de afirmación de la existencia, aceptación de las coyunturas, pero por sobre todo, como una demostración de la firme confianza de transformación de la realidad.

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